La medallista paralímpica entrerriana Stefania Ferrando denunció públicamente que su silla de ruedas eléctrica fue completamente destruida durante un vuelo. El hecho ocurrió al arribar a destino, cuando la deportista, oriunda de Gualeguay, se encontró con su equipamiento vital inutilizable.
Ferrando, que convive desde pequeña con una atrofia muscular espinal tipo 2, explicó que la silla de ruedas destruida por la aerolínea es un dispositivo altamente especializado que le permite moverse de forma autónoma, mantener el equilibrio y sostener su postura. “Gracias a ella puedo ir a mis terapias, trabajar, entrenar y vivir mi día a día”, expresó con angustia.
Daños estructurales y riesgo de incendio
La silla, de tipo postural eléctrica, sufrió múltiples fracturas en el chasis, desprendimiento de soldaduras, rotura de la caja de baterías y fallas en el sistema eléctrico. Un técnico especializado advirtió incluso sobre el riesgo de incendio por posible cortocircuito.
“Ni siquiera puedo estar más de una hora sentada en esta silla prestada porque mi cuerpo no lo soporta”, alertó Ferrando, quien por el momento depende de un dispositivo común sin soporte postural ni mecanismos de seguridad.
La deportista compartió su experiencia en redes sociales para visibilizar una problemática que afecta a muchas personas con discapacidad: el maltrato y negligencia de las aerolíneas en el manejo de sillas de ruedas y equipamiento vital. “Las aerolíneas no pueden seguir maltratando algo que es tan vital como nuestras piernas”, denunció.

Una vida atravesada por la resiliencia
Stefania Ferrando fue diagnosticada con AME tipo 2 a los 12 meses de vida, cuando sus padres advirtieron que no podía sostenerse en pie. Desde entonces, la enfermedad le impone desafíos físicos y sociales, pero no le impidió destacarse como atleta adaptada y referente del deporte paralímpico. “Lo primero que le dijeron a mis papás era que iba a poder vivir hasta los 10 o 15 años.
En ese momento no se conocía mucho sobre esta enfermedad en Argentina”, relató la entrerriana en una entrevista previa. La familia comenzó un largo camino de tratamientos, traslados a Buenos Aires y adaptación de la vida cotidiana.
Durante su infancia y adolescencia, Ferrando fue acompañada por su entorno, que ayudó a compensar las barreras de accesibilidad. Sin embargo, el uso de una silla manual que debía ser empujada limitaba su autonomía. La llegada de la silla eléctrica cambió radicalmente su calidad de vida, hasta este reciente episodio.

Un llamado urgente a la responsabilidad
El caso de Stefania Ferrando vuelve a poner en agenda una demanda sostenida por personas con discapacidad: la necesidad de protocolos específicos y responsabilidad efectiva por parte de las aerolíneas en el trato de equipamientos esenciales. “Esto no solo me afecta a mí.
Esto le puede pasar a cualquiera que use una silla de ruedas”, advirtió Ferrando, que ya inició los reclamos formales ante la compañía aérea. Su testimonio, respaldado por la comunidad, suma presión para que se regulen y controlen los procedimientos de traslado de elementos vitales en vuelos comerciales.(Con información de El Debate Pregón)