Por Nicolás Omar Rios
Hoy fue el gran día, o quizás sigue siendo el peor desde que Lucio no está. Hoy fue un día que compartimos imágenes con leyendas de justicia, sí justicia porque ya lo mataron.
Lo mató un sistema que le importa un carajo “el derecho superior del niño” solo importa seguir con una bajada de línea donde el padre se trasformó en progenitor, donde el padre se transformó un elemento para castigar, donde el padre depende de jueces y organismos que luego hacen miradas lejanas cuando algo como esto sucede, donde una muerte anunciaba a gritos ser salvada.
Dolor, más dolor invade, hoy observe como el padre y abuelo se abrazaron a conocer el veredicto determinando la culpabilidad a dos asesinas que seguramente seguirán o solicitaran ciertos beneficios en el sistema carcelario. Hasta eso, debemos ver y pagar con nuestros impuestos a toda una organización de delincuentes que se encuentran en los organismos públicos. Jueces, defensores, y un sinfín de actores que ahora hacen silencio para que luego sigan firmando sentencias condenando al menor sin averiguar, investigar o cuestionar a la mujer por el solo motivo de ser mujer.
Pregunto ¿No somos iguales ante la ley?, pregunto y me seguiré preguntando ante la duda de que algo cambie. O quizás leí la constitución equivocada. O quizás hasta cambiaron el preámbulo y ni enterado.
○Sin dudas, y lamentablemente este caso conmovió al país con repercusión internacional; pero ¿algo ha de cambiar? ¿algo se reverá? Sí en esos lugares privilegiados creyéndose Dios de sueldos abultados siguen manejadas por personas insensibles y sin vocación, más aún; sin la intencionalidad de romper con un sistema garantista al género ¿Quién se animará? ¿Quién o quienes romperán esa coyuntura?
○Sin dudas, y lamentablemente se marcó un precedente histórico; pero se debió llegar a esto, ser cómplices de un brutal asesinato, días tras días de torturas; de arrebatarle una infancia feliz con una proyección futura a estar sometido a lo más aberrante episodios sin siquiera contar con un informe preliminar del lugar o visitas donde Lucio estaría.
○Sin dudas, pero sin tantas dudas que debemos seguir caminando, seguir movilizándonos para que estas voces sean escuchadas, para que se prime el cuidado a mamás o papás responsables, donde el menor se encuentre en un entorno de afecto, pero sobretodo que pueda tener la posibilidad y condiciones de crecer, de creer, de ser feliz; vivir.
Desconozco si existe un cielo, desconozco si existe un más allá que asegure o imaginemos que alguien vive luego de dejar este mundo. Nada de esas conjeturas devuelve a un Lucio con esas ganas de abrazar un futuro. ¡Con Lucio No! Repetía el inocente mientras su abuelo le servía cuchara por cuchara un yogur documentado en un video hogareño, pudiendo asimismo acabar con su destino y destrozar corazones latiendo de amor por con este bello ser.
NO TODO PADRE ES MALO Y NO TODA MADRE ES BUENA