El abogado José Manuel Fiz Chapero, quien fue contactado por Pablo Laurta antes del doble femicidio ocurrido en Córdoba, aseguró que el acusado “es absolutamente imputable”. El letrado relató que Laurta lo había buscado por primera vez en mayo, meses antes de asesinar a Luna Giardina, de 26 años, y a su madre Mariel Zamudio, de 54.
“Laurta me dijo que había radicado una denuncia penal contra su exsuegra y su expareja, porque supuestamente peligraba la integridad sexual de su hijo Pedro. Y desde allí me relató una historia de supuestos abusos”, señaló Fiz Chapero.
El abogado explicó que el relato de Laurta estaba plagado de inconsistencias. “Cuando me terminó de contar la historia le pregunté qué tenía que ver todo eso con la imposibilidad de ver a su hijo. Le pedí el número de expediente de esa denuncia, pero nunca me la dio. Era todo falso”, subrayó.
“Los psicópatas tienen eso: cuando te mienten una vez, te mienten tres”, añadió.
“Tenía su propio Código Penal en la cabeza”
Consultado sobre el comportamiento del acusado, Fiz Chapero lo describió como una persona con una visión distorsionada de la realidad. “Primero me llamó con un chip de Uruguay. Después con uno de Córdoba. Era una persona que tenía una idea totalmente equivocada de cómo ocurrían las cosas”, relató.
El abogado añadió que Laurta “tenía su propio Código Penal en la cabeza y actuaba en consecuencia”.
“No está loco, se hace pasar por loco”
En cuanto a los análisis sobre el perfil psicológico del acusado, Fiz Chapero rechazó la posibilidad de que Laurta sea inimputable. “Ojo con decir que tiene doble personalidad, porque lo que está haciendo es hacerse pasar por loco”, advirtió.
El letrado consideró que Laurta comprendía plenamente sus actos y que incluso podría haber planificado el crimen con ayuda. “No debería descartarse la posibilidad de que haya actuado con un cómplice”, sugirió.
Finalmente, el abogado describió el caso como una expresión extrema de violencia y manipulación. “Este crimen es producto de un Frankenstein de los extremos”, concluyó Fiz Chapero. (fuente La Nación)
