Un incendio de grandes dimensiones que afecta desde hace más de 20 días a la Patagonia argentina se reavivó en los últimos días y mantiene varios focos activos. En tal sentido, ya se arrasaron más de 3 mil hectáreas de bosque nativo.
En la Patagonia el fuego permanece activo en un radio de 500 kilómetros y una de las partes afectadas más importantes es la zona turística de Bariloche, a orillas de un lago en el Parque Nacional Nahuel Huapi, en la provincia de Río Negro.
Las llamas están fuera de control en las zonas del lago Martín y el lago Steffen y, aunque el parque está cerrado al turismo, están perjudicando a la población del área, mayoritariamente campesinos que viven cerca de la montaña, en la zona fronteriza con Chile.
Las condiciones cambiantes del viento complican las tareas de extinción del fuego, que fue expandiéndose en las últimas horas. Las columnas de humo alcanzaron hasta un kilómetro de altura.
El fuego afecta sobre todo al bosque nativo virgen y a especies únicas del lugar. En las cercanías de la zona de Santa Elena y la confluencia de los ríos Manso y Villegas, hacia donde avanza el incendio, se encuentran cuatro comunas donde viven unas 2 mil personas, quienes podrían verse obligadas a evacuar la zona.
Los incendios también se extienden a otras dos provincias. En Neuquén, un foco se encuentra activo en el Lote 39 de la localidad de Quillén, a unos 40 kilómetros de Aluminé y hay incendios contenidos en Pehuenco-Rucachoroi y Chapelco.
En Chubut, en tanto, hay incendios controlados en Tehuelches, así como fuegos contenidos en Río Senguer y Futaleufú. Y entre Lago Puelo y El Hoyo, el incendio que se inició en el cerro Currumahuida continúa activo. Allí, ya se consumieron unas 100 hectáreas de bosque.
El Ministerio de Medio Ambiente estableció este martes la transferencia de 368 millones de pesos al Fondo Nacional del Manejo del Fuego. La propia cartera informó que, para combatir los focos en el norte de la Patagonia, envió 226 brigadistas, nueve aviones, ocho helicópteros, seis camiones y 12 camionetas.
“La gran complejidad del terreno con pendientes pronunciadas, las amplias distancias entre los puntos de trabajo, el material combustible de vegetación acumulado, la sequía imperante, las condiciones meteorológicas con altas temperaturas, los vientos de diferentes sectores y de variada intensidad figuran entre las dificultades que enfrentan los equipos”, señaló en un comunicado el ministerio liderado por Juan Cabandié.-
